El primer mes del año lo ha pasado Qualcomm en el candelero. Empezó enero con el discurso de Paul Jacobs en el CES de Las Vegas [«es la primera vez que una compañía de móviles inaugura una feria de electrónca de consumo»] y lo cerró con unos resultados trimestrales brillantes [+29% en ingresos, +36% en beneficios]. Entretanto, Jacobs ha merecido entrevistas en el Financial Times y el Wall Street Journal, que destacan el hecho de que el valor bursátil de Qualcomm supere el de Intel. La acción de Qualcomm está a un palmo de su máximo histórico, y la compañia ha elevado sus previsiones de ventas del ejercicio 2013 hasta 24.400 millones de dólares, un incremento del 28%.
Paul Jacobs
En sus apariciones de enero, Jacobs ha vuelto a hacer gala de optimismo al advertir que toda la industria de la movilidad, desde los fabricantes a los operadores, tiene por delante el reto de responder a una demanda que multiplicará por mil la exigencia de capacidad [«we call it our 1000x challenge«, proclamó]. Aplicándose a sí misma esta prédica, Qualcomm ha acelerado su ciclo de producto, anunciando los nuevos procesadores de las series Snapdragon 800 y 600, que estarán disponibles en los primeros smartphones y tabletas en la segunda mitad de 2013, con rendimientos del 75% y el 40% por encima de los del todavía fresco Snapdragon 4.
No se trata exactamente de una sucesión, sino de crear otra gama. Los Snapdragon 800, de cuatro núcleos, tendrán 2,3 GHz en cada núcleo; si bien la arquitectura ARM no puede parangonarse con la x86, el rendimiento de estos nuevos procesadores será superior al que ofrecía un PC hace pocos años. La serie 800 mejora en proceso gráfico y de imágenes para soportar hasta cuatro cámaras y 3D. Según dijo Jacobs, ha sido concebido para que, además de dispositivos móviles, pueda equipar televisores de ultra alta definición «este mismo año». El otro anuncio, la serie 600, también de cuatro núcleos, es una versión menos potente, de 1,6 GHz.
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Contrariando a quienes diagnostican una desaceleración en el mercado de los smartphones, Qualcomm mantiene su confianza en que 2013 sera un año de crecimiento del mercado. En los mercados emergentes hay una penetración por delante, y por primera vez el número de procesadores despachados por Qualcomm será superior a la demanda de los países desarrollados – supuestamente próximos a la saturación – el crecimiento vendrá por el todavía bajo número de conexiones 4G.
Sobre este telón de fondo, la competición en los procesadores móviles se agita. Samsung (Exynos 5250), Intel (Atom Z2760) y Apple (A6X) también juegan en la liga de la performance, mientras Nvidia acaba de proclamar que su nuevo Tegra 4 es «el más rápido del mundo». Estos movimientos revelan que, desde la gama media a la alta, la distancia entre los fabricantes no es definitiva, por lo que todos enfrentan la cuestión de cómo diferenciarse, no tanto en las especificaciones como en la así llamada «experiencia de usuario». Y todos son concientes de que los consumidores compran marcas de dispositivos, no de procesadores; esta es la razón por la que Qualcomm lanza campañas de promoción de Snapdragon, mientras Nvidia contempla la posibilidad de fabricar sus propios dispositivos Tegra.
Mientras tanto, la otra partida estratégica de Qualcomm es China, donde es prácticamente un recién llegado. Otra de sus actividades de enero ha sido la presentación en Shenzhen de un nuevo diseño de referencia, que ya soporta 170 dispositivos, más otro centenar en camino, algunos de ellos para TD-LTE, la variante china del estándar 4G. Entre los partners presentes había varios fabricantes, además del operador China Mobile. La elección de esa ciudad no es casual, porque es allí donde ha elegido instalarse su competidor taiwanés MediaTek. Con Texas Instruments retirada de los procesadores de aplicaciones, ST-Ericsson en dificultades y Broadcom rezagada, MediaTek es una amenaza potencial que contrarrestar en su propio terreno.
